Pages

Subscribe:

.

.

sábado, 21 de marzo de 2015

Un domingo de rastro

Hola asiduos lectores o personas que han venido a parar por casualidad en este blog.

Hace mucho que no me pongo frente al teclado de mi ordenador. No os voy a engañar, el motivo por el cual no he escrito nada desde la entrada de "La teoría del todo", es porque no tenía nada de lo que hablaros.

Todo esto no significa que no haya leído o visto una película, ni haya hecho nada de nada desde la ultima entrada que publiqué. Si lo he hecho, pero no me sentía con ánimo para hablar sobre eso. Aunque probablemente en entradas posteriores acabe hablando de los libros que he leído o de las películas que he visto o de lo que sea en este tiempo.

Y bueno, hace unos días, hablando con una amiga sobre el blog y mi falta de inspiración y de temática sobre lo que hablar -sin ella pretenderlo, o eso creo - me obligó a sentarme aquí delante y escribir sobre lo que fuera, cualquier cosa. Porque hay veces que si la inspiración no llega, tienes que ir a buscarla tu mismo. Textualmente me dijo: "Verás que cuando te pongas y dejes salir las palabras te quedan cosas preciosas". Así que aquí estoy, esperando a que fluyan las palabras.


El domingo anterior pasé la mañana en El Rastro de Madrid con unas amigas. Me desperté con el valor suficiente para querer pasar una fría mañana de domingo apretujada contra gente que no conozco y peleando con esa misma gente para por lo menos poder ver los puestos. Así que armada de valor me metí en la ducha, me vestí y salí a la calle dirección "La Latina"


No me gusta mentir a la gente. Efectivamente, demasiadas personas para mi gusto y sí, corrí el riesgo de perderme del lado de mis amigas varias veces. Pero en ese sitio ¡HAY TESOROS!. 
Quizás para otras personas lo que para mi debería valer millones, para ellos no vale nada. Pero en el rastro hay cosas para todo tipo de gente. Y es imposible volver con las manos vacias. Lo digo por experiencia. (Un cuadro y un libro y solo me gasté 8 euros).

Lo cierto es que no nos recorrimos todas las calles, desde mi punto de vista eso es imposible hacerlo en un solo día. Pero vimos lo suficiente para volvernos locas y quererlo todo. Bueno, todo todo, no.

Lo mejor, los discos vinilo (creo que voy a empezar a echar el ojo a algún tocadiscos) y como periodista que soy - o pretendo ser - los ejemplares de periódicos de hace años de momentos históricos.

Creo que todos los madrileños tienen recuerdos de domingos en el rastro, o sino, deberían tenerlos. Yo recuerdo a mi abuelo, una de mis amigas recuerda irse a cambiar cromos de niña, y un antiguo profesor iba a comprar periódicos antiguos. Como he dicho antes, en el rastro hay de todo y es perfecto para cualquier tipo de persona.




No se si habré cumplido las expectativas de mi amiga y escribir cosas maravillosas, pero espero haber animado a alguien a pasar un domingo rozándose con desconocidos XD.

¡Hasta otra!

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Blogger Templates